jueves, 5 de julio de 2018

EL HILO INVISIBLE





Se me antoja iniciar este texto haciendo alusión a una de las acepciones de “Hilo” que reposan en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

Hilo. Curso o evolución de una cosa, especialmente del discurso o del pensamiento.

Obsesionado por la perfección, un hombre ha construido un imperio del glamur y la moda entre mujeres adineradas, actrices y realeza, que recurren a sus creaciones como símbolo de poder y prestigio en una sociedad que procura mitigar los estragos de la guerra.

Reynolds, huraño y reacio a participar de la vida social londinense, margina a sus amantes en un reducido mundo dedicado sólo a la creación, aprovecha la belleza de sus musas y se deshace de ellas cuando no sirven más a su inspiración.


Pero en la vida silenciosa y solitaria de un hombre siempre hay lugar para una mujer, aunque la entrada requiere deambular por los oscuros pasillos del Alma y, con Alma, encontrar el hilo que la teje, la maraña que permanece invisible, escondida entre aquello que asoma, adornado de belleza, frente a los ojos.