jueves, 23 de mayo de 2019

Incredible Steadicam shot Behind the Scenes of Hugo.


Sin ánimo de develar la magia del cine, ser testigo de las peripecias a las que se enfrentan directores, actores, camarógrafos y cientos más de implicados, Me Hipnotiza!



A Propósito y en Plano Secuencia,

Un Corto


   






       BIRDMAN 

       o

       LA INESPERADA VIRTUD DE LA IGNORANCIA




Como en las artes escénicas, nuestra identidad se mueve entre los papeles que estamos, en el mejor de los casos, dispuestos a representar.

Londres, Nueva York, Cartagena, Medellín, todas ellas escenarios qué, como en Broadway, demandan el gesto, la emoción, el traje y las formas bajo las cuales representar y aparecer veraces ante la mirada de cada observador.

Entonces, añoramos ese lugar que sentimos hogar, para, al llegar, despojarnos de toda pretensión de representar un gran papel, y entregarnos a la intimidad, el descanso, el amor y la reflexión.

Hogar, lugar sagrado en el que se fortalece la identidad. 

Pero… el caos de la ciudad, los medios, la posibilidad se estar siempre conectados, la necesidad de figurar y las agendas, vuelven confusas las formas de habitar los espacios, y hogar y escenario se envuelven en una amalgama monótona pero informe, habitada por un deseo, cualquiera que éste sea.

Es así como Reggan se ha tornado en una vaga imagen coloreada por el disfraz de la celebridad y el reconocimiento: Birdman, un superhéroe ya pasado de moda que se niega a morir para dar paso a  otras formas de existencia. Su mundo conocido está a punto de desaparecer y de él, sólo queda una grave y tirana vocecilla que recuerda el duro camino que implica la construcción de una identidad, de unas formas propias, auténticas, vívidas, y, por qué no, más amorosas de encontrarse en el mundo que, hasta hoy, habita.

Como Reggan, belleza, horror, ilusión y toda emoción que pueda invadirnos a través de una obra de arte, van desapareciendo frente al vertiginoso ritmo de imágenes que explotan en la pantalla, graciosos superhéroes, autos veloces y estridentes catástrofes que parecen anunciar que debemos permanecer en la superficie para sobrevivir y, así, olvidarnos de los intrincados caminos que implica hacer alma. Museos, escenarios, teatros y tablados,  templos sagrados para despertar imágenes, ideas, emociones, desmembramientos y reconstrucciones, están siendo tomados por los reyes del espectáculo, de pantallas liquidas y palabras ligeras y formas que, aunque pasajeras, se levantan ruidosas en su afán de reconocimiento.


La batalla de un hombre por seducir a la mundanidad, desde su propia identidad, cuesta un poco más –fuego interior. No basta convertirse en una celebridad.