jueves, 22 de noviembre de 2018






Okja
Boon Joon Ho
2017

Toda mi historia personal, mis más íntimos recuerdos: alegrías, tristezas, dolores y amores han acontecido en compañía de un animal de otra especie. No imagino la existencia sin ellos.

Todo lugar donde se posa mi espíritu, tiene pelos y plumas y garras y olores y muchos colores acompañados de ronroneos y ladridos, mugidos y aullidos, cantos y lamentos de sus cuerpos. 
Son ellos, para mi, lo mejor de esta tierra. 

Lamento ésta triste condición de humano que me obliga a alimentarme de ellos y, agradezco ésta condición de humano que me obliga a amarlos y respetarlos y a llevarlos en mi íntimamente.

No, no quiero razonar como humano que se reduce a ser parte de una cadena alimenticia. Prefiero mi condición de Jirafa, amorosa y herbívora que se levanta para alimentarse sin remordimiento por el sufrimiento de quienes amo.

Que dices?
Lo sé. No soy Jirafa, pero la llevo en mi.


Si, si, tanta sensiblería no es buena para la supervivencia. Pero así, como en las películas, es posible vivir, aunque obligue a debatirse entre la evolución y los amores; entre una película digna de un foro, o un cúmulo de bellas imágenes que hablen de Mija como si se tratara de mi.  

jueves, 5 de julio de 2018

EL HILO INVISIBLE





Se me antoja iniciar este texto haciendo alusión a una de las acepciones de “Hilo” que reposan en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:

Hilo. Curso o evolución de una cosa, especialmente del discurso o del pensamiento.

Obsesionado por la perfección, un hombre ha construido un imperio del glamur y la moda entre mujeres adineradas, actrices y realeza, que recurren a sus creaciones como símbolo de poder y prestigio en una sociedad que procura mitigar los estragos de la guerra.

Reynolds, huraño y reacio a participar de la vida social londinense, margina a sus amantes en un reducido mundo dedicado sólo a la creación, aprovecha la belleza de sus musas y se deshace de ellas cuando no sirven más a su inspiración.


Pero en la vida silenciosa y solitaria de un hombre siempre hay lugar para una mujer, aunque la entrada requiere deambular por los oscuros pasillos del Alma y, con Alma, encontrar el hilo que la teje, la maraña que permanece invisible, escondida entre aquello que asoma, adornado de belleza, frente a los ojos.  

jueves, 10 de mayo de 2018

LA HORA DEL LOBO


Suecia, 1968
Título original: Vargtimmen
Guión y dirección: Ingmar Bergman.
Intérpretes: Max Von Sydow, Liv Ullman, Gertrud Fridh, Georg Rydeberg.
Fotografía: Sven Nykvist.
Género:  Drama y Terror psicológico.

¿Quién no se ha pasado un buen tramo de alguna convulsa noche perseguido y asediado por imágenes fantasmagóricas y aterradoras?.

Los miedos más escondidos y los personajes más siniestros de la psique asaltan de tanto en tanto, y mucho más, en períodos de crisis existenciales o creativas.  Así es el terrible drama que nos presenta esta película: el pintor Johan Borg desaparece luego de pasar una temporada con su esposa Alma en una casa situada en una isla apartada, luego de ser abordados por unos personajes extraños que se diluyen constantemente entre la realidad y las alucinaciones del protagonista. 

El pintor, hombre perturbado e insomne es acechado por estos personajes, en principio admiradores de su obra y poco a poco devoradores del propio artista.  Estas escenificaciones son narradas a través del diario de Johan, leído por su esposa Alma. 



La película es bien exigente para el espectador dados los pliegues en el hilo argumentativo, pues se difumina el límite entre lo real y lo imaginado; acá se logra observar la gran influencia del expresionismo alemán en este tipo de obras, con el enorme acento puesto en la subjetividad y en esas otras realidades oníricas; valiéndose además de una estética contundente de blancos y negros.  Una fotografía magistral (Sven Nykvist) necesaria para componer y recrear atmósferas de soledades opresivas, escalofriantes y ambiguas, de una psique paranoica y en sufrimiento.

La luz y la sombra, la penumbra, los blancos saturados, el alto contraste, manifiestan todo el tiempo el territorio psicológico del personaje y el de su esposa Alma, quien se cuestiona, al igual que nosotros, si también es partícipe de esta pesadilla y en cuyos monólogos se va observando un telón de fondo asociado a los temas sobre la convivencia y el amor.

Estos retratos íntimos, álmicos, psicológicos, son logrados con unos excelentes primeros planos, la mirada y los silencios perfectamente interpretados por los actores, muy del estilo de Bergman.


La hora del lobo es esa hora de la noche en donde "si estás despierto tienes miedo y si estás dormido tienes pesadillas", es tan bien ese instante en donde se producen más nacimientos y más muertes.  Es la hora más oscura previa al alba y en esta película esa luz tenebrosa y tenue es exaltada con precisión, tanto desde el punto de vista formal y estético, como conceptual y simbólico.


Puedo comprender ahora un poco más el porqué se le llamaba a Bergman arquitecto de la luz.  Si se animan, se las recomiendo.

ÁNGELA P. RAMÍREZ C.

jueves, 15 de febrero de 2018

                                Las Horas Más Oscuras



Los ingleses, que hasta hace poco sólo había conocido en las películas, siempre me parecieron seres distantes, ajenos a la forma común que tenemos los latinos al relacionarnos: de forma cálida, ruidosa y amable invadimos el espacio personal del interlocutor, indagamos en su vida y hasta le imprimimos un beso en su mejilla al momento de conocerlo.  Los ingleses, por el contrario, conservan, como los pájaros, su distancia de huida: son amables pero distantes, no te tocan, no te invaden y hasta permanecen al lado derecho de la escalera eléctrica teniendo en cuenta que otras personas puedan subirlas afanosamente.
Nosotros, mal uniformados con marcas extranjeras, mal hablados a punta de extranjerismos, con nuestra identidad extraviada y con un sistema democrático agonizante; ellos, con una monarquía que aparenta el desuso, ostentan una gran democracia. Nosotros tan cercanos, hemos aprendido a desconfiar del prójimo; ellos tan distantes, confían hasta en los extranjeros.

Cómo?

Recuerden que estoy especulando, que ésta es mi versión a partir de una leve incursión en su mundo, un cruce de miradas en el metro, una que otra palabra intercambiada con ellos y, hoy, “La hora más oscura”. 

Las horas más oscuras recrea los primeros días de Winston Churchill como primer ministro británico en uno de los momentos más oscuros, no sólo para ellos, para la humanidad.

El liderazgo, el coraje, la palabra bien puesta y una personalidad arrolladora enmarcan la historia de Gran Bretaña y su triunfo sobre la casi inminente invasión nazi.

Que éste sea un abrebocas a una historia que no solo debemos conocer y evitar que se repita; un abrebocas para acercarnos a la idiosincrasia inglesa y a su gran sentido de identidad; a un hombre lleno de matices, premio Nobel de literatura, pintor y guerrero, y a una mujer de la que escribiré más adelante: Clementine Hozier.