martes, 17 de febrero de 2015

“LEE, PIENSA, EL COLOMBIANO”


 El señor Yohir Akerman en su columna de El Colombiano del martes 17 de febrero de 2015 titulada “Enfermos*”, se atrevió a manifestar su preocupación frente a la investigación realizada por la facultad de medicina de la universidad de La Sabana, arrojando como resultado que “el comportamiento de las personas homosexuales se aparta del común, lo que constituye, de alguna manera una enfermedad”. Como argumento, señaló que “El concepto es obsoleto, retrogrado y viene de lo establecido por la Biblia sobre la homosexualidad”. Para ilustrarnos, citó algunos versículos de la biblia que, bajo mi criterio, deberíamos tener en cuenta en el momento de promoverla como Santas Escrituras. El criterio expuesto en una columna de “Opinión” le costó al periodista su retiro como columnista de este diario.

No me queda claro (la divulgación de los resultados de investigación en Colombia tiene poca intervención mediática) si el informe final de la investigación menciona o se apoya en los textos bíblicos; pero teniendo en cuenta este hecho, me pregunto si no es hora de que El Colombiano cambie su eslogan “Lee, Piensa, El Colombiano” por uno que podría decir: “Reza, Embrutece y Muere”, pues lo que si es trasparente es que, mas que un periódico conservador, El Colombiano se aleja de toda posibilidad de permitir que los hechos sean expuestos desde diferentes ópticas y que cada lector, en lugar de convertirse en un adepto, amplié su campo de consciencia, conecte sus neuronas y se permita su propio criterio. Cuestionar los textos, las creencias impuestas, las instituciones y, por fortuna, la impertinencias de la academia, es una cualidad exclusiva de seres humanos y necesaria para aquellos que no están dispuestos a asumir, bajo la postura de la fe, lo que para otros es la Única Verdad.

También desconozco el estudio, los criterios y las variables asociadas que fueron tenidas en cuenta para llegar a semejante conclusión; pero si conozco los resultados de la intolerancia y la ignorancia de aquellos que se rigen bajo los principios de la fe ciega en unos textos que bien deberían conservar su talante sagrado como documento histórico y por la riqueza de su mitología, más que por los principios que proponen.

¿Qué tal si mañana La Superintendencia de Notariado y Registro contrata una universidad, fundada bajo los principios religiosos, para investigar la causa por la cual 4.881 parejas se divorciaron en último trimestre de 2014*? ¿Y qué tal si, como resultado arbitrario se les ocurra concluir que cada día las mujeres leen y piensan más, por lo que les queda menos tiempo para dedicar a la familia? Entonces nuestro comportamiento (el de las mujeres divorciadas que leen, piensan, escriben y trabajan), aunque no aparezca en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o en la Clasificación Internacional de Enfermedades**, será digno de ser tratado como enfermedad y, por pura afinidad con la biblia, seremos repudiadas, apedreadas y tras violarnos, nos tomarán por esposas. Eso si, en esta cacería de brujas no caeremos solas, iremos con El Colombiano en la mano, por promover en su eslogan semejante desfachatez!

*Superintendencia de notariado y registro. Boletín de estadísticas notariales #4. 2014.

**La homosexualidad fue eliminada en 1973 del DSM-IV y la OMS la eliminó como trastorno mental el 17 de mayo de 1990.

3 comentarios:

  1. No pudo estar mejor expresado, ojalá Thea se atreva a mandarlo al Colombiano

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  2. Excelente crítica.... eso si que nos pone a pensar sobre la realidad colombiana.

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  3. Excelente crítica.... eso si que nos pone a pensar sobre la realidad colombiana.

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