sábado, 7 de mayo de 2016

IVOR McCULLIN GAMBARDELLA 


Ciudadano emérito de finales del siglo veinte y comienzos del siglo veintiuno. Padeció en su infancia los desarreglos sociales que dejaron las colonias inglesas del siglo diecinueve, sobreviviendo actualmente, dentro las atrocidades morales de la guerra moderna y las insensateces culturales del mundo de la posmodernidad. Incapaz para vivir la vida de soslayo, oculta su gran sensibilidad detrás de una piel de patriarca severo, pero fácilmente se le ve como un artista anticuado con altas dotes de ironía o también lo atisbamos como un intelectual sofisticado inmerso en las más profundas meditaciones existenciales. 

Nunca lo oí quejarse por el destino que le deparó la existencia, hoy en su edad madura, usa sus recuerdos para fortalecerse en su integridad moral sin ocuparse de nostalgias, posee suficiente fuerza para seguir auscultando su identidad y la de la humanidad que lo rodea y que no acaba de comprender. 

La última vez que lo vimos estaba con un frac amarillo destruyendo artistas de la poscultura con su impecable lenguaje sardónico que me ha parecido siempre cariñoso y afable. Me dedicó unos minutos de su tiempo para contarme historias que no suele hacer públicas: Como aquella cuando adoptó dos enemigos de guerra en su casa, para màs tarde dedicarse a la fotografía de guerra y posteriormente ocuparse de la curaduría de arte en ésta ciudad sin artistas. Cuando les recuerdo a mis amigos del cine foro estas conversaciones, me miran extrañados porque dicen que estoy hablando de un fantasma o de un sueño continuado. 

No lo sé. Ivor McCullin Gambardela ha sido mi amigo y siempre lo llevaré en el alma.

2 comentarios:

  1. Admiro mucho a este personaje que nos compartes, celebro y me deleito con sus exquisiteces, aprendo de su experiencia no improvisada y espero seguir estando en su maravilloso círculo de Belleza.

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  2. Un brindis por la integridad moral y los auscultantes de identidades!

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