No me queda claro (la divulgación de los resultados de investigación
en Colombia tiene poca intervención mediática) si el informe final de la
investigación menciona o se apoya en los textos bíblicos; pero teniendo en
cuenta este hecho, me pregunto si no es hora de que El Colombiano cambie su
eslogan “Lee, Piensa, El Colombiano” por uno que podría decir: “Reza, Embrutece
y Muere”, pues lo que si es trasparente es que, mas que un periódico conservador,
El Colombiano se aleja de toda posibilidad de permitir que los hechos sean
expuestos desde diferentes ópticas y que cada lector, en lugar de convertirse
en un adepto, amplié su campo de consciencia, conecte sus neuronas y se permita
su propio criterio. Cuestionar los textos, las creencias impuestas, las
instituciones y, por fortuna, la impertinencias de la academia, es una cualidad
exclusiva de seres humanos y necesaria para aquellos que no están dispuestos a
asumir, bajo la postura de la fe, lo que para otros es la Única Verdad.
También desconozco el estudio, los criterios y las variables
asociadas que fueron tenidas en cuenta para llegar a semejante conclusión; pero
si conozco los resultados de la intolerancia y la ignorancia de aquellos que se
rigen bajo los principios de la fe ciega en unos textos que bien deberían
conservar su talante sagrado como documento histórico y por la riqueza de su
mitología, más que por los principios que proponen.
¿Qué tal si mañana La Superintendencia de Notariado y Registro
contrata una universidad, fundada bajo los principios religiosos, para
investigar la causa por la cual 4.881 parejas se divorciaron en último
trimestre de 2014*? ¿Y qué tal si, como resultado arbitrario se les ocurra concluir
que cada día las mujeres leen y piensan más, por lo que les queda menos tiempo
para dedicar a la familia? Entonces nuestro comportamiento (el de las mujeres
divorciadas que leen, piensan, escriben y trabajan), aunque no aparezca en el
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales o en la
Clasificación Internacional de Enfermedades**, será digno de ser tratado como
enfermedad y, por pura afinidad con la biblia, seremos repudiadas, apedreadas y
tras violarnos, nos tomarán por esposas. Eso si, en esta cacería de brujas no
caeremos solas, iremos con El Colombiano en la mano, por promover en su eslogan
semejante desfachatez!
*Superintendencia de notariado y
registro. Boletín de estadísticas notariales #4. 2014.
**La homosexualidad fue eliminada en 1973
del DSM-IV y la OMS la eliminó como trastorno mental el 17 de mayo de 1990.
No pudo estar mejor expresado, ojalá Thea se atreva a mandarlo al Colombiano
ResponderEliminarExcelente crítica.... eso si que nos pone a pensar sobre la realidad colombiana.
ResponderEliminarExcelente crítica.... eso si que nos pone a pensar sobre la realidad colombiana.
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